lunes, 26 de diciembre de 2011

Sangre de mi sangre

Luz de luna, agua de mi agua, sol que iluminas mis días... Hoy el cielo me trae tu linda imagen de ángel celestial, a mi loca cabeza, a mi triste corazón que sufre por tu interminable ausencia.... sin ti, mis días son eternos y mis noches, frías y oscuras... Vuelve, vuelve a mí para que mi cielo se despeje y pueda contemplarte en tu máximo esplendor... amor, dulce amor tardío...
Porque cada día que pasa sin tenerte aquí, mi corazón se derrumba, eres el pilar d mi existencia y sin ti mi mundo se convierte en polvo, polvo que el viento lleva de uno a otro lado sin rumbo aparente... sin un camino que seguir...
Como mi mente, que martillea todo mi cuerpo causándome un infinito dolor al recordarte, al recordar cada instante d mi vida a tu lado...
Sueño cada noche con el próximo día que pueda tenerte en mi regazo, y poder acariciarte sin tener miedo de perderte una vez más...
Pues eres mi sol, y mis estrellas... la Luna que ilumina mi camino en las noches más oscuras de mi enorme soledad...
No puedo dejar de pensar en tus labios besando casa rincón de mi cuerpo, haciendo que se erice el bello de mi nuca... Tu calor arropándome era lo que me mantenía con vida después del largo invierno y tus ojos de felino observando cada nítido movimiento que hacia... como si quisieras grabarlo todo en tu mente y no olvidarlo jamás...
Jamás olvidaré tu olor, ese que se impregnaba en mi piel y que era incapaz de quitar, porque no quería quitarlo... Tus manos, inmensas, agarrando mi cintura cada vez que me besabas lujuriosa y apasionadamente, como si cada beso que me diese fuese a ser el último...
Sangre de mi sangre, sangre dulce y reluciente, rojo como el corazón, regresa, solo una vez mas... ven, arrópame con tus brazos y nunca me dejes marchar...