La
miró una vez mas… como hacia cada día cuando se encontraba con
ella… era tan linda, o al menos eso le parecía a el…
Su
larga cabellera, de un color verduzco, parecía flotar al compás del
viento… se movía ligera como una pluma entre la espesura del
bosque… y en ocasiones, era hasta difícil reconocerla, pues solía camuflarse entre los arboles, ya que su piel tenia un tono verde como
el de la hierba que crece en los claros…
Cuando
le miraba con sus ojos felinos color gris tormenta, se le paraba un
pequeño instante el corazón… para volver a latir con mucha mas
intensidad al momento.
Sbarks
llevaba enamorado de ella desde que tenia uso de razón… eran
amigos desde pequeños y compañeros de caza… pero con el tiempo y
los años, que no habían sido pocos… su cariño por ella había
ido evolucionando despacio pero sin pausa, hasta llegar al punto en
que mirarla y no tenerla, se había hecho doloroso.
La
amaba ardientemente, como jamás había amado a nadie. Hubiese dado
cualquier cosa por poder acariciar delicadamente su bello rostro…
por atusarle el pelo color aceituna… por besar suave y dulcemente
sus carnosos labios…
Issaccia,
por el contrario, no parecía sentir lo mismo por el… su relación se basaba en lo básico… para ella, no era mas que su compañero de
caza… otro miembro mas del clan.
A
pesar de llevar varios años comprometida, se pasaba el día engatusando a unos y otros, sin importar lo que dijesen Se exhibía de
uno a otro lado, cual yegua en celo, y aunque eso, podía ocasionarla
graves problemas, ella seguía haciéndolo sin miedo… Issaccia era
un pájaro libre; jamas la habían podido atrapar bajo los barrotes
de ninguna jaula, y jamas, nadie lo haría…
Ese
fue uno de los motivos por los que Sbarks se enamoró de ella… y
aunque él también estaba comprometido, no podía pensar en nadie
mas que no fuese Issaccia.
Lo
suyo, era imposible. No solo porque se veía claramente que ella no
tenia ni el mas mínimo interés en el… sino porque un amor como el
suyo, estaría mal visto dentro del clan. Los hostari tienen que
estar con los hostari, y las osmaqui con las osmaqui. Así había
sido desde que surgieron las razas, y así debía de ser…
*
Una
noche, cuando las dos grandes lunas brillaban iluminando el claro del
bosque donde Sbarks solía ir a meditar… la esbelta figura de una
osmaqui se le apareció Y no era una osmaqui cualquiera, no… Era su
osmaqui preferida : Issaccia. ¿Qué hacia allí? ¿Qué pretendía
¿Cómo había logrado saber que estaba allí…?
Los
ojos grises de Issacia lo observan desde la oscuridad… se
encontraba agazapada cual tigre azechando a su presa… y de repente,
se posó encima de Sbarks, dejándolo inmóvil en el suelo.
- Llevo
mas de media vida, negando a mi corazón lo que siempre ha sentido…
siempre he sido un ser libre, y siempre lo seré… pero mis
sentimientos son tuyos, solo tuyos Sbarks…
Y
diciendo esto, la joven osmaqui posó tímidamente sus labios sobre
los de Sbarks, sintiéndose al mismo tiempo fuerte y débil y sin
querer separase jamas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario